Sin duda, el premio Nobel es de mucha importancia para la vida de un escritor, pero más allá de eso, ellos escriben, no solo por conseguirlo, sino también por dar sus opiniones a la sociedad sobre cualquier ámbito de la vida y de una forma u otra, mostrarles su realidad. Cada escritor decide sobre qué quiere escribir y qué temas quiere plantear.
El ganador chino del premio Nobel de Literatura 2012, Mo Yan, afirma que la censura da a los escritores motivación para desafiar las áreas prohibidas. Creo que esto es una gran verdad ya que les da más ganas de informar a todos sobre estas censuras y probar hasta dónde pueden llegar dando a conocer sus pensamientos.
Generalmente, todos los ganadores de este premio, y me atrevo a decir que todos, es porque en sus obras expresaron algo que impactó en la sociedad y fue de gran importancia, expresaron (a veces explícitamente y otras no) los pro y las contras del mundo en el que vivimos. Y bien merecido tienen el premio por hacernos abrir los ojos y ver todas estas cosas, que muchas veces ignoramos. Como es el ejemplo de Mo Yan que en su obra "Rana" habló sobre la prohibición de tener más de un hijo en China y cómo algunas mujeres se arriesgaban en ayudar a otras a parir "ilegalmente".
Espero que los Premios Nobel de Literatura sigan siendo entregados y así motivar a los escritores a seguir mejorando sus obras y a brindarnos más conocimientos sobre nuestra propia realidad.
Literatura latinoamericana
domingo, 3 de noviembre de 2013
jueves, 31 de octubre de 2013
Frase Gabriel García Márquez
“El mundo habrá terminado de joderse el día en que el hombre viaje en primera y la literatura en el vagón de carga.”
Alegorías de Platón
Alegoría de la línea
... No, no lo hagas-dijo.
-Pues bien -dije-, observa que, como decíamos, son dos, y
que reinan, el uno en el género y región inteligibles (el Bien), y el otro, en
cambio, en la visible (el sol); y no digo que en el cielo para que no creas que
juego con el vocablo. Sea como sea, ¿tienes ante tí esas dos especies, la
visible y la inteligible?
-Las tengo.
-Toma, pues, una línea que esté cortada en dos segmentos
desiguales y vuelve a cortar cada uno de los segmentos, el del género visible y
el del inteligible, siguiendo la misma proporción. Entonces tendrás,
clasificados según la mayor claridad u oscuridad de cada uno: en el mundo
visible, un primer segmento, el de las imágenes. Llamo imágenes ante todo a las
sombras, y en segundo lugar, a las figuras que se forman en el agua y en todo
lo que es compacto, pulido y brillante, y a otras cosas semejantes, si es que
me entiendes.
-Sí que te entiendo.
-En el segundo pon aquello de lo cual esto es imagen: los
animales que nos rodean, todas las plantas y el género entero de las cosas
fabricadas.
-Lo pongo-dijo.
-¿Accederías acaso -dije yo- a reconocer que lo visible se
divide, en proporción a la verdad o a la carencia de ella, de modo que la
imagen se halle, con respecto a aquello que imita, en la misma relación en que
lo opinado con respecto a lo conocido?
-Desde luego que accedo- dijo,
-Considera, pues, ahora, de qué modo hay que dividir el
segmento de lo Inteligible.
-¿Cómo?
- De modo que el alma se vea obligada a buscar la una de las
partes sirviéndose, como de imágenes, de aquellas cosas que antes eran
imitadas, partiendo de hipótesis y encaminándose así, no hacia el principio,
sino hacia la conclusión; y la segunda, partiendo también de una hipótesis,
pero para llegar a un principio no hipotético y llevando a cabo su
investigación con la sola ayuda de las ideas tomadas en sí mismas y sin valerse
de las imágenes a que en la búsqueda de aquello recurría.
-No he comprendido de modo, suficiente -dijo-eso, de que
hablas.
-Pues lo diré otra vez - contesté-. Y lo entenderás mejor
después del siguiente preámbulo. Creo que sabes que quienes se ocupan de
geometría, aritmética y otros estudios similares, dan por supuestos los números
impares y pares, las figuras, tres clases de ángulos y otras cosas emparentadas
con éstas y distintas en cada caso; las adoptan como hipótesis, procediendo
igual que si las conocieran, y no se creen ya en el deber de dar ninguna
explicación ni a sí mismos ni a los demás con respecto a lo que consideran como
evidente para todos, y de ahí es de donde parten las sucesivas y consecuentes
deducciones que les llevan finalmente a aquello cuya investigación se
proponían.
-Sé perfectamente todo eso- dijo.
-¿Y no sabes también que se sirven de figuras visibles
acerca de las cuales discurren, pero no pensando en ellas mismas, sino en
aquello a que ellas se parecen, discurriendo, por ejemplo, acerca del cuadrado
en sí y de su diagonal, pero no acerca del que ellos dibujan, e igualmente en
los demás casos; y que así, las cosas modeladas y trazadas por ellos, de que
son imágenes las sombras y reflejos producidos en el agua, las emplean, de modo
que sean a su vez imágenes, en su deseo de ver aquellas cosas en sí que no pueden
ser vistas de otra manera sino por medio del pensamiento?
-Tienes razón-dijo.
XXI. -Y así, de esta clase de objetos decía yo que era
inteligible, pero que en su investigación se ve el alma obligada a servirse de
hipótesis y, como no puede remontarse por encima de éstas, no se encamina al
principio, sino que usa como imágenes aquellos mismos objetos, imitados a su
vez por los de abajo, que, por comparación con éstos, son también ellos
estimados y honrados como cosas palpables.
-Ya comprendo -dijo-; te refieres a lo que se hace en
geometría y en las ciencias afines a ella.
-Pues bien, aprende ahora que sitúo en el segundo segmento
de la región inteligible aquello a que alcanza por sí misma la razón valiéndose
del poder dialéctico y considerando las hipótesis no como principios, sino como
verdaderas hipótesis, es decir, peldaños y trampolines que la eleven hasta lo
no hipotético, hasta el principio de todo; y una vez haya llegado a éste, irá
pasando de una a otra de las deducciones que de él dependen hasta que, de ese
modo, descienda a la conclusión sin recurrir en absoluto a nada sensible, antes
bien, usando solamente de las ideas tomadas en sí mismas, pasando de una a otra
y terminando en las ideas.
-Ya me doy cuenta -dijo-, aunque no perfectamente pues me
parece muy grande la empresa a que te refieres, de que lo que intentas es dejar
sentado que es más clara la visión del ser y de lo inteligible que proporciona
la ciencia dialéctica que la que proporcionan las llamadas artes, a las cuales
sirven de principios las hipótesis; pues aunque quienes las estudian se ven
obligados a contemplar los objetos por medio del pensamiento y no de los
sentidos, sin embargo, como no investigan remontándose al principio, sino
partiendo de hipótesis, por eso te parece a ti que no adquieren conocimiento de
esos objetos que son, empero, inteligibles cuando están en relación con un
principio. Y creo también que a la operación de los geómetras y demás la llamas
pensamiento, pero no conocimiento, porque el pensamiento es algo que está entre
la simple creencia y el conocimiento.
- Lo has entendido -dije- con toda perfección. Ahora
aplícame a los cuatro segmentos estas cuatro operaciones que realiza el alma:
la inteligencia (nóesis), al más elevado; el pensamiento (diánoia), al segundo;
al tercero dale la creencia (pístis) y al último la imaginación (eikasía); y ponlos
en orden, considerando que cada uno de ellos participa tanto más de la claridad
cuanto más participen de la verdad los objetos a que se aplica.
-Ya lo comprendo-dijo-; estoy de acuerdo y los ordeno como
dices.
Alegoría del Sol
En esta alegoría, Platón pretende explicar la idea de bien comparándola
con el sol. El sol, en el mundo sensible da luz y vida a todos los seres
sensibles que viven en él. El bien, en el mundo de las ideas, tiene una función
similar, ya que da a todas las ideas la posibilidad de existir y de ser
cognoscibles.
Platón explica que para ver y ser visto es necesario algo
mas que tener el sentido de la vista en y algún objeto que ver, además de eso,
es necesario que haya luz, las ideas, igualmente, no se pueden conocer sin que
haya por medio otro elemento, este elemento es el bien, que es el que le da a
las ideas la capacidad de ser conocidas a través de la inteligencia.
Además, el bien y el sol tienen otra característica común,
que consiste en que no pueden ser conocidos a simple vista, en el caso del sol
porque nos deslumbra y en el caso del bien porque es demasiado abstracto y
tiene gran cantidad del ser, por lo cual a los dos hay que conocerlos
observándolos y reconociéndolos en otras realidades.
También, el sol, da vida a los seres sensibles, de la misma
forma, la idea de bien es lo que les da la posibilidad de existir a las ideas,
pero, aun así, no se debe confundir con la esencia, puesto que este es algo que
esta muy por encima de esta.
Cosmovisión alegórica
La alegoría pretende representar una idea reflejándola en
formas humanas, en animales e incluso en forma de objetos cotidianos.
Además, se conoce como alegoría a la obra literaria o
artística de sentido alegórico. Una alegoría es, en este sentido, un tema
artístico o una figura literaria que permite representar una idea abstracta a
través de otras formas, ya sean humanas, animales o de objetos.
Por lo general, los autores utilizan el recurso de la
alegoría, para dar un mensaje más allá de lo escrito; algo que ellos están
sintiendo o viviendo y no puede ser contado abiertamente.
Por ejemplo, la imagen de una calavera con dos huesos
cruzados es una alegoría de la piratería. Por otra parte, una mujer ciega con
una balanza representa a la justicia.
Algunos representantes de esta cosmovisión son:
Platón
Fue un filósofo griego seguidor de Sócrates y maestro de Aristóteles. En 387 fundó la Academia, institución que continuaría su marcha a lo largo de más de novecientos años y a la que Aristóteles acudiría desde Estagira a estudiar filosofía alrededor del 367, compartiendo, de este modo, unos veinte años de amistad y trabajo con su maestro. Platón participó activamente en la enseñanza de la Academia y escribió, siempre en forma de diálogo, sobre los más diversos temas, tales como filosofía política, ética, psicología, antropología filosófica, epistemología, gnoseología, metafísica, cosmogonía, cosmología, filosofía del lenguaje y filosofía de la educación; intentó también plasmar en un Estado real su original teoría política, razón por la cual viajó dos veces a Siracusa, Sicilia, con intenciones de poner en práctica allí su proyecto, pero fracasó en ambas ocasiones y logró escapar penosamente y corriendo peligro su vida debido a las persecuciones que sufrió por parte de sus opositores.
Obra alegórica: La alegoría de la caverna.
Dante Alighieri
(Florencia, c. 29 de mayo de 1265 – Rávena, 14 de septiembre
de 1321) fue un poeta italiano. Su obra maestra, la Divina comedia, es una de
las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al
renacentista. Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de
las cumbres de la literatura universal. En italiano es conocido como il Sommo
Poeta («el Poeta Supremo»). A Dante también se le considera el «padre del
idioma» italiano. Su primera biografía fue escrita por Giovanni Boccaccio
(1313–1375), en el Trattatello in laude di Dante.
Participó activamente en las luchas políticas de su tiempo,
por lo que fue desterrado de su ciudad natal. Fue un activo defensor de la
unidad italiana. Escribió varios tratados en latín sobre literatura, política y
filosofía. A su pluma se debe el tratado en latín De Monarchia, de 1310, que
constituye una exposición detallada de sus ideas políticas, entre las cuales se
encuentran la necesidad de la existencia de un Sacro Imperio Romano y la
separación de la Iglesia y el Estado. Luchó contra los gibelinos de Arezzo. La
fecha exacta del nacimiento de Dante es desconocida, aunque generalmente se
cree que está alrededor de 1265. Esto puede deducirse de las alusiones
autobiográficas reflejadas en la Vita nuova.
Juan de Mena
La ausencia de documentación sobre sus padres hace sospechar que tuviera origen judeoconverso. Parece ser que fue nieto del señor de Almenara Ruy Fernández de Peñalosa e hijo de Pedrarias, regidor o jurado de Córdoba, y quedó huérfano muy pronto. Tras iniciar estudios en su ciudad natal, los continuó en la Universidad de Salamanca (1434), donde obtuvo el grado de maestro en Artes. Allí entró en contacto con el cardenal Torquemada, en cuyo séquito viajó a Florencia en 1441 y después a Roma. En 1443, de regreso a Castilla, entró al servicio de Juan II como secretario de cartas latinas, cargo que compatibilizó con su oficio de veinticuatro (regidor) de la ciudad de Córdoba. Un año más tarde el monarca le nombró cronista oficial del reino, aunque su paternidad sobre la Crónica de Juan II ha sido cuestionada.
Obra alegórica: El Laberinto de la Fortuna.
Autor argentino reciente:
Jorge Bucay
(Buenos Aires, 30 de octubre de 1949) es un
psicodramaturgo, terapeuta gestáltico y escritor argentino. Nació en el barrio
de Floresta, en la ciudad de Buenos Aires. Se graduó como profesor en 1973, en
la Universidad de Buenos Aires, empezando su especialización en enfermedades
mentales en el servicio de Interconsulta del Hospital Pirovano de Buenos Aires
y en la Clínica Santa Mónica del partido bonaerense de Vicente López,
completando su formación como terapeuta en Chile y en Estados Unidos.
En su camino previo pasó por decenas de trabajos, desde que
decidió ganarse su propio dinero a los 13 años. Ha sido vendedor ambulante de
calcetines, de libros y de ropa deportiva, agente de seguros, taxista, payaso,
almacenero, educador, actor, médico de guardia, animador de fiestas infantiles,
psiquiatra, coordinador de grupos, columnista de radio, conductor de televisión
y psicoterapeuta de parejas y adultos.
Obra alegórica:http://www.youtube.com/watch?v=ei4ozc2CfMU
Ganadores españoles del Premio Nobel de Literatura
(1904) José Echegaray
Solo hubo que esperar 4 años desde que comenzaron a otorgarse los Premios Nobel de Literatura para encontrar al primer español. No obstante, a pesar de este reconocimiento, José Echegaray recibió muchas críticas hacia su obra por parte de otros escritores de la Generación del 98.
(1922) Jacinto Benavente
Autor de tragedias, comedias, dramas y sainetes en los que primaba el realismo y la naturalidad. Algunas de sus obras más conocidas son "El nido ajeno", "Cartas a mujeres" o "La Malquerida". Muchas de ellas han sido adaptadas al cine.
(1956) Juan Ramón Jimenez
Cambiamos radicalmente de estilo literario gracias a uno de los poetas más destacados de la historia, Juan Ramón Jiménez. Su obra más conocida es "Platero y yo", en la que un burro es protagonista. Como dato curioso, recibió el premio en plena época del franquismo, por lo que se encontraba en el exilio, concretamente, en Puerto Rico.
(1977) Vicente Aleixandre
Poeta perteneciente a la Generación del 27. Una de sus obras más conocidas es "La destrucción del amor", gracias a la cual recibió otros galardones como el Premio Nacional de Literatura. Tenía 79 años cuando se convirtió en el número 4 entre los españoles ganadores del Premio Nobeñ de Literatura.
(1989) Camilo José Cela
Uno de los escritores españoles más influyentes de todos los tiempos. También ha obtenido el Premio Cervantes, el Premio Planeta y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras gracias, en parte, a títulos imprescindibles como "La Colmena" o "La familia de Pascual Duarte"
(2010) Mario Vargas Llosa
Mitad peruano, mitad español, es uno de los más importantes novelistas de nuestro tiempo, tanto, que es el número 6 entre los españoles ganadores del Premio Nobel de Literatura.
Ganadores latinoamericanos Premios Nobel de Literatura
Gabriela Mistral (1945)
Una de las mujeres más importantes de las letras
latinoamericanas, Lucila Godoy Alcayaga, o Gabriela Mistral, fue la primera
persona de habla hispana en recibir un Premio Nobel de Literatura. Su obra se
centra en las diferentes manifestaciones del amor y el misterio de la
existencia humana, reflejando las contradicciones y la fuerza del sentimiento.
Su vida, impactante como sus versos, estuvo marcada por amores trágicos que
incluyeron la muerte de su hijo adoptivo Yin Yin y la relación que mantuvo con
Doris Dana, una mujer 31 años menor que ella. Entre sus principales obras
destacan Desolación, Ternura, Lagar y Tala.
Miguel Angel Asturias (1967)
El autor de Hombres de maíz, una novela que defienda la
cultura maya y sus tradiciones destacó por su fuerte trabajo con contenido
social y político. Asturias ejerció cargo como diplomático guatemalteco Entre
sus principales obras también figuran El señor presidente, Mulata de tal y la
Trilogía bananera.
Pablo Neruda (1971)
¿Quién no conoce el inicio de este poema? “Puedo escribir
los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: La noche está
estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos. El viento de la noche
gira en el cielo y canta”. El poemario 20 canciones de amor y una canción
desesperada es casi sinónimo de la poesía latinoamericana y una de las obras
más importantes de Ricardo Eliezer Neftali Reyes, el autor universalmente
conocido como Pablo Neruda. Entre sus trabajos principales figuran Residencia en
la Tierra y el Canto General a Chile pero su obra es bastante extensa y abarca
desde poemas sobre Machu Picchu a trabajos de corte político.
Gabriel García Márquez (1982)
Símbolo indiscutible del boom latinoamericano, maestro del
realismo mágico y artífice de las historias más cautivantes, este colombiano
transformó por siempre las letras latinoamericanas con la mágica saga de
Aurelio Buendía en Cien años de soledad y la cartografía imaginaria de Macondo.
Autor de novelas como el Otoño del patriarca, El amor en los tiempos del
cólera, El olor de la guayaba y Noticia de un secuestro.
Octavio Paz (1990)
Poeta y ensayista, Paz fue un autor difícil de caracterizar
por el amplio registro de su conocimiento, la técnica y belleza de sus imágenes
y el agudo lirismo de sus versos. Entre sus principales obras se encuentran El
laberinto de la soledad, El arco y la lira, Cuadrivio, La rama y Árbol adentro.
Mario Vargas Llosa (2010)
Su vida personal marcó su obra y este peruano tiño sus
primeros libros con las experiencias de su juventud. La ciudad y los perros, su
primera novela, está basada en el tiempo que pasó internado en el colegio
militar Leoncio Prado y la difícil experiencia como cadete que pasó. Además de
novelista, Vargas Llosa ha estado vinculado fuertemente a la política e incluso
se lanzó como candidato presidencial en la contienda electoral de Perú en 1990,
pero perdió contra Alberto Fujimori. Desde entonces se ha mantenido como un
liberal defensor de la democracia y ha criticado duramente las dictaduras.
Entre sus obras destacan La casa verde, Pantaleón y las visitadores, La tía
Julia y el escribidor, Conversación en la catedral, El Pez en el agua, entre
otras.
Ganadores del Premio Nobel de Literatura
1901 | Sully Prudhomme | Francés | La Felicidad | |||
1902 | Theodor Mommsen | Alemán | Historia de Roma | |||
1903 | Bjørnstjerne Bjørnson | Noruego | Digte og sange | |||
1904[2] | Frédéric Mistral | Occitano | Mirèio | |||
José de Echegaray | Español | El gran galeoto | ||||
1905 | Henryk Sienkiewicz | Polaco | Quo Vadis? | |||
1906 | Giosuè Carducci | Italiano | Intermezzo | |||
1907 | Rudyard Kipling | Inglés | El Libro de las Tierras Vírgenes | |||
1908 | Rudolf Christoph Eucken | Alemán | La verdad de la religión | |||
1909 | Selma Lagerlöf | Sueco | El maravilloso viaje de Nils Holgersson | |||
1910 | Paul von Heyse | Alemán | L'Arrabbiata | |||
1911 | Maurice Maeterlinck | Francés | El Pájaro azul | |||
1912 | Gerhart Hauptmann | Alemán | Los tejedores | |||
1913 | Rabindranath Tagore | Bengalí | El hogar y el mundo | |||
1914 |
| |||||
1915 | Romain Rolland | Francés | Jean-Christophe | |||
1916 | Verner von Heidenstam | Sueco | Nya Dikter | |||
1917[3] | Karl Adolph Gjellerup | Danés | El peregrino kamanita | |||
Henrik Pontoppidan | Danés | Pedro el Afortunado | ||||
1918 |
| |||||
1919 | Carl Spitteler | Alemán | Prometeo paciente | |||
1920 | Knut Hamsun | Noruego | Hambre | |||
1921 | Anatole France | Francés | La isla de los pingüinos | |||
1922 | Jacinto Benavente | Español | Los intereses creados | |||
1923 | William Butler Yeats | Inglés | Los cisnes salvajes de Coole | |||
1924 | Władysław Reymont | Polaco | Los campesinos | |||
1925 | George Bernard Shaw | Inglés | Pigmalión | |||
1926 | Grazia Deledda | Italiano | Cenizas | |||
1927 | Henri Bergson | Francés | Memoria y vida | |||
1928 | Sigrid Undset | Noruego | Kristin Lavransdatter | |||
1929 | Thomas Mann | Alemán | La montaña mágica | |||
1930 | Sinclair Lewis | Inglés | Esto no puede pasar aquí | |||
1931 | Erik Axel Karlfeldt | Sueco | Baladas de Fridolín | |||
1932 | John Galsworthy | Inglés | La saga de los Forsyte | |||
1933 | Iván Bunin | Ruso | El señor de San Francisco | |||
1934 | Luigi Pirandello | Italiano | Seis personajes en busca de autor | |||
1935 |
| |||||
1936 | Eugene O'Neill | Inglés | Extraño interludio | |||
1937 | Roger Martin du Gard | Francés | Los Thibault | |||
1938 | Pearl S. Buck | Inglés | La buena tierra | |||
1939 | Frans Eemil Sillanpää | Finés | Silja | |||
1940 | ||||||
1941 | ||||||
1942 |
| |||||
1943 | ||||||
1944 | Johannes Vilhelm Jensen | Danés | El largo viaje | |||
1945 | Gabriela Mistral | Español | Desolación | |||
1946 | Hermann Hesse | Alemán | El lobo estepario | |||
1947 | André Gide | Francés | El inmoralista | |||
1948 | T. S. Eliot | Inglés | La tierra baldía | |||
1949 | William Faulkner | Inglés | El ruido y la furia | |||
1950 | Bertrand Russell | Inglés | Principia Mathematica | |||
1951 | Pär Fabien Lagerkvist | Sueco | Barrabás | |||
1952 | François Mauriac | Francés | Nido de víboras | |||
1953 | Winston Churchill | Inglés | Memorias | |||
1954 | Ernest Hemingway | Inglés | El viejo y el mar | |||
1955 | Halldór Laxness | Islandés | Gente independiente | |||
1956 | Juan Ramón Jiménez | Español | Platero y yo | |||
1957 | Albert Camus | Francés | El extranjero | |||
1958 | Borís Pasternak[4] | Ruso | Doctor Zhivago | |||
1959 | Salvatore Quasimodo | Italiano | Erato y Apolión | |||
1960 | Saint-John Perse | Francés | Pájaros | |||
1961 | Ivo Andrić | Serbocroata | Ex-Ponto | |||
1962 | John Steinbeck | Inglés | Las uvas de la ira | |||
1963 | Giorgos Seferis | Griego | El zorzal | |||
1964 | Jean-Paul Sartre[5] | Francés | El ser y la nada | |||
1965 | Mijaíl Shólojov | Ruso | El Don apacible | |||
1966[6] | Shmuel Yosef Agnon | Hebreo | El ajuar de la novia | |||
Nelly Sachs | Alemán | Vivir bajo amenaza | ||||
1967 | Miguel Ángel Asturias | Español | El señor Presidente | |||
1968 | Yasunari Kawabata | Japonés | Lo bello y lo triste | |||
1969 | Samuel Beckett | Inglés/Francés | Esperando a Godot | |||
1970 | Aleksandr Isaevich Solzhenitsyn | Ruso | Archipiélago Gulag | |||
1971 | Pablo Neruda | Español | Canto General | |||
1972 | Heinrich Böll | Alemán | Opiniones de un payaso | |||
1973 | Patrick White | Inglés | Tierra ignota | |||
1974[7] | Eyvind Johnson | Sueco | Odisea, Regreso a Ítaca | |||
Harry Martinson | Sueco | Aniara | ||||
1975 | Eugenio Montale | Italiano | El vendaval y otras cosas | |||
1976 | Saul Bellow | Inglés | Herzog | |||
1977 | Vicente Aleixandre | Español | Poemas de la consumación | |||
1978 | Isaac Bashevis Singer | Yiddish | Un día placentero: Relatos de un niño que se crió en Varsovia | |||
1979 | Odysseus Elytis | Griego | Dignum est | |||
1980 | Czeslaw Milosz | Polaco | El poder cambia de manos | |||
1981 | Elias Canetti | Alemán | Auto de fe | |||
1982 | Gabriel García Márquez | Español | Cien años de soledad | |||
1983 | William Golding | Inglés | El señor de las moscas | |||
1984 | Jaroslav Seifert | Checo | Toda la belleza del mundo | |||
1985 | Claude Simon | Francés | Historia | |||
1986 | Wole Soyinka | Inglés | La muerte y el caballero del rey | |||
1987 | Joseph Brodsky | Ruso/Inglés | Historia del siglo XX | |||
1988 | Naguib Mahfouz | Árabe | El callejón de los milagros | |||
1989 | Camilo José Cela | Español | La colmena | |||
1990 | Octavio Paz | Español | Libertad bajo palabra | |||
1991 | Nadine Gordimer | Inglés | El conservador | |||
1992 | Derek Walcott | Inglés | El testamento de Arkansas | |||
1993 | Toni Morrison | Inglés | Beloved | |||
1994 | Kenzaburō Ōe | Japonés | Una cuestión personal | |||
1995 | Seamus Heaney | Inglés | Norte | |||
1996 | Wisława Szymborska | Polaco | Mil consuelos | |||
1997 | Dario Fo | Italiano | Muerte accidental de un anarquista | |||
1998 | José Saramago | Portugués | Ensayo sobre la ceguera | |||
1999 | Günter Grass | Alemán | El tambor de hojalata | |||
2000 | Gao Xingjian | Chino | La Montaña del Alma | |||
2001 | Vidiadhar Surajprasad Naipaul | Inglés | El curandero místico | |||
2002 | Imre Kertész | Húngaro | Sin destino | |||
2003 | John Maxwell Coetzee | Inglés | Desgracia | |||
2004 | Elfriede Jelinek | Alemán | La profesora de piano | |||
2005 | Harold Pinter | Inglés | Tierra de nadie | |||
2006 | Orhan Pamuk | Turco | Estambul | |||
2007 | Doris Lessing | Inglés | El cuaderno dorado | |||
2008 | Jean-Marie Gustave Le Clézio | Francés | La cuarentena | |||
2009 | Herta Müller | Rumano/Alemán | En tierras bajas | |||
2010 | Mario Vargas Llosa | Español | La ciudad y los perros | |||
2011 | Tomas Tranströmer | Sueco | Góndola fúnebre | |||
2012 | Mo Yan | Chino | Grandes pechos amplias caderas | |||
2013 | Alice Munro | Ingles | Las lunas de Júpiter |
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